Las primeras rolas, son las que pegan
“México para los mexicanos. Olvidense del puñetas de Doland Trump” – El Gran Silencio
Fotos: Miguel Palacios Nota: Erick Saldivar
El pasado viernes 18 de noviembre, el Carpa Astros fue testigo del incomparable concierto del Gran Silencio, quien tocó todo su primer homónimo “Libres y locos” solo porque quisieron.
La cita fue a las 6:30 en la entrada del recinto, alrededor de las 7:00 salió una banda abridora llamada Matvz: Una agrupación de lo que se conoce como “indie” formada por 4 jóvenes con hambre de crecer. Fue una gran propuesta, sin embargo la poca experiencia los delató ya que, en algunas ocasiones, tocaban a destiempo. Pero no fue factor para que los asistentes los recibieran con los brazos abiertos.
Ya pegando las 9 de la noche (cuando según saldrían los esperados cumbieros) aparecieron en escenario una banda de ska llamada La Sonora Power Band, quien experimentaba con ska-punk-reggae e inclusive cumbia y ritmos caribeños. Fue sin duda el comienzo del sabor en la Carpa Astros. Los escuchantes empezaban a moverse, sobre todo cuando homenajearon a La Sonora Santanera con “Luces de Nuea York”.
Eran las 10 en punto y el reloj, ya reconocido de los cumbieros, aparecía tras escenario. Algunos asistentes moviendo los pies reflejando la ansiedad de ver a su banda ya en escenario. La plancha se fue llenando, unas 800 almas en un mismo lugar exigiendo la aparición del mencionado.
Llegó el momento, El Gran Silencio ya pisaba el escenario, y como era de esperarse empezaron tocando “Huaracha Scratch” y los asistentes respondieron positivamente. La sabrosura invadía la Carpa Astros.
La amenaza se convirtió en realidad. Libres y Locos se tocó completito, pero esperen, no dejen de leer por que el color y el sabor fue lo que engalanó la noche.
“No hay mejor rebeldía en el rock, que un cumbión al rock and roll” Fueron las palabras de Tony Hernández.
“Dormir Soñando” fue el segundo tema de la noche. Uno de los himnos de la agrupación norteña puso a bailar a cientos de asistentes. En seguida tocaron “Perdido”, “Decadencia” y “Contra reloj” respectivamente.
“Nosotros nos queremos escuchar norteños” Tony, antes de tocar “Con sangre de norte” y el ambiente fue cuando llegó al clímax “No sabemos amar” y “El mitote” fueron las seguidas.
Cano Hernández se puso sentimental al decir “una morra me pidió una rola romántica, y ésta es mi rola romántica” sonó “El rehilete” quien prendió a la banda entonando a todo pulmón la canción.
Ya entrando en la recta final de su presentación, recordaron su primera participación en el Vive Latino, “Ahí todos nos rockearon, ahora resulta que ya todos les gusta El Gran Silencio”. Entre risas entonaron “Piporros Taconazo” y seguidas “Criaturas de Amor”, “Tonta canción de amor” y “Columpio”.
El huapango de “Libres y Locos” fue el momento crucial de la noche. Inclusive los trabajadores del recinto abrieron pista. Y así fue como terminó el show. Salieron de escena, “¡otra, otra!” entonaban los asistentes. Y sí, salieron a tocar la canción icónica de la banda. “Círculo de Amor” desgarró la garganta de todos.